martes, 26 de febrero de 2013

DESPUÉS DE CAER SIEMPRE HAY QUE LEVANTARSE

UNA DERROTA, EN OCASIONES, ES UN TRIUNFO


A finales de verano terminé de trabajar en TVE, en los informativos, donde estuve 3 meses tras acabar la carrera de periodismo. Durante mi estancia allí conocí a mucha gente que, como yo, estaban haciendo prácticas tras haber cursado el Máster de TVE. Su paso por el Máster había sido bueno, ganaron experiencia y aprendieron cosas nuevas que durante la carrera no habían tocado. Consecuencia de ello decidí presentarme a la prueba de admisión del Máster que se componía de 17 plazas. Quedé en el puesto 18, el puesto de suplencia, es decir, si alguien se daba de baja entonces entraba yo. Cuando conocí la noticia me hundí. Llegué a mi casa llorando como una magdalena, sintiéndome frustrada y ¿por qué no? Fracasada. Me sentía perdida, no sabía que hacer. Buscar trabajo no es nada fácil y menos en los momentos que estamos viviendo, pero mucho menos aún en mi profesión, periodismo. La verdad es que tampoco me puedo quejar porque desde el primer año de carrera comencé a hacer prácticas en Noticias Cuatro y CNN, redacción en la que aprendí mucho por no decir todo. Estaba rodeada de grandes profesionales, muchos de los cuales me ayudaron, me enseñaron, me explicaron cómo funcionaba una redacción de informativos y las tareas que debía hacer. Trabajé durante 3 veranos como una redactora más, en el área de cultura. El cuarto verano me marché a Sudáfrica, una experiencia que nunca olvidaré. Conocí gente estupenda, una ciudad preciosa como es Ciudad del Cabo, una realidad como es la pobreza… Fueron tantas las cosas que allí vi, aprendí y tantos los amigos que me llevé que volvería a repetirla una y mil veces más. Y el quinto verano ya os lo he explicado. Lo pasé en TVE, rodeada de grandes profesionales y de gente, que como yo, estaban allí para trabajar, pero también para aprender.


Pues bien, después de saber que no iba a hacer el Máster y recuperarme del disgusto, me levanté, me puse en pie, y me dije “Elena, el mundo no se acaba aquí. Seguro que la vida te tiene algo bueno preparado. Algo que está al caer pero que tú tienes que buscar”. Me senté delante del ordenador y me puse manos a la obra. Comencé a buscar cursos, Postgrados, que me llamaran la atención, y tras mucho buscar……..ZAS! Lo encontré. Postgrado en Locución en radio y televisión y doblaje de cine, en la Pompeu Fabra, Barcelona. Cuando lo vi me quedé parada pensando que apuntarme a él suponía un gran cambio en mi vida. Me marchaba de mi ciudad para irme a otra y empezar de nuevo, de cero. Y así fue. Cogí las maletas y me marché a Barcelona, me instalé, comencé mi Postgrado y poco a poco me fui haciendo mi huequito en esa ciudad. Conociendo a gente nueva, y compartiendo muchos momentos con otra gente que no era tan nueva, mi familia allí.

En Barcelona nació y vivió mi madre durante dos décadas y allí está toda mi familia materna. Poco a poco me fui afincando, conociendo más Barcelona,( porque es una ciudad para conocerla, a mi me tiene enamorada) cursando mi Postgrado… y de repente…..ZAS, los cinco meses me pasaron como 3 días, sin darme cuenta.  Llegó el mes de febrero y con él el final del Postgrado. Cuando me quise dar cuente me invadió una sensación de miedo. Me sentí como cuando estás al borde de un precipicio, con tus pies sobre la última roca antes de caer al vacío. Así me sentí. Cuando me paré a pensarlo en frío me di cuenta de la gran suerte de la había gozado. He tenido la oportunidad de conocer a fondo una ciudad que para mí ya era familiar, de conocer a mis compañeros con los que he vivido grandes momentos, grandes historias y a los que me llevaré conmigo siempre, aunque nos vuelvan a separar los kilómetros. Malditos kilómetros.

He pasado unos meses muy felices en los que he podido disfrutar de mi familia, de mis amigos, de mis profesores de Postgrado, de la ciudad de Barcelona y de todos sus encantos  y en los que, por encima de todo, he aprendido muchísimo, no solo en lo profesional, que por supuesto, sino también en otros aspectos de la vida.
Os he contado todo esto porque creo que a mucha gente le puede servir. Ese fracaso que para mi supuso no poder hacer el Máster o comenzar a trabajar de forma profesional en el terreno del periodismo, fue lo que me llevó a vivir esta experiencia. Creo que en la vida nada se reduce a una solo cosa. A veces, un fracaso en algo supone una oportunidad en otra cosa, en otro lado e incluso en otra ciudad. Nunca hay que decaer. Nos obcecamos con cosas que a en ocasiones no conseguimos y no por ello debemos sentirnos mal, ni frustrados, ni mucho menos derrotados. La vida da mil vueltas y nunca sabemos dónde está nuestro sitio en ella. Hay que pensar que si la vida no ha querido que fueras a parar donde tú tenías pensado es porque, quizás, te tiene algo mucho mejor preparado y solo tienes que buscarlo. 

2 comentarios:

  1. No puedo estar más de acuerdo contigo, Elena. Si algo no sale como tú esperabas, tírate al suelo, patalea, llora, pero luego, levántate y ve a por lo siguiente. Como tú dices, "el mundo no se acaba".

    Un abrazo enooorme compi!!!!!

    ResponderEliminar
  2. Di que si Carmen, no hay que rendirse nunca, si no buscas nuncas sabrás lo que tiene la vida preparado para ti!!!

    ResponderEliminar